Cuando escribí este post sobre la discutida donación de la Fundación de Amancio Ortega lo que pretendía era poner mal a unos tertulianos que insularon a la señora María Luisa Lores por repudiar esa donación. No pensé que el asunto se transformaría en una discusión sobre el mecenazgo; pero es por donde se ha cogido el asunto en prácticamente todos los periódicos digitales que, sin caer en la grosería y el insulto, tal como hicieron algunos tertulianos, han defendido el mecenazgo y el mérito del hacer dinero si luego se emplea bien.
Si Ortega gestiona bien su empresa, trata más o menos bien a los niños que trabajan para él y paga sus impuestos, ¿qué crítica puede hacerse a esa donación reciente de 320 millones para aparataje destinado a la detección y el tratamiento del cáncer? En NesG está la mejor defensa de Amancio Ortega que he leído escrita por Gerard Llobet, un reconocido economista, y que lleva el mismo título que este post. Su autor se limita a explicar la inadecuación de los tres argumentos principales utilizados por los contrarios a esta donación finalista: 1. La sanidad debe ser pública; 2. Los equipos no son necesarios y 3. Es su obligación (la de del dueño de Inditex).
Dejando a un lado el punto 3 pues no parece pertinente hoy aquí, parecería que la cuestión estaría zanjada pero, en el recentísimo post mencionado, traté de establecer un cierto paralelismo entre esta cuestión del mecenazgo y la relacionada con la propiedad intelectual aplicada a la industria farmacéutica. Paralelismo que nos debería hacer pensar que la crítica de la donación no está del todo descaminada.
Se defiende la llamada [[propiedad intelectual]] como un incentivo a la innovación que trae consigo mejores fármacos que resultan en una mayor tasa de curación de ciertas enfermedades y en una mejoría de la salud en general. Pero aquí también cabe la crítica que asociamos a la señora Lores y a la Federación que representa y que nos llevaría a no sentirnos obligados a aceptar la propiedad intelectual, algo bien conocido desde hace tiempo.
Por lo tanto cierro esta pequeña crítica al post de NesG tal como terminaba el mío
No debía extrañarnos que, en buena parte, el incremento en el número de cánceres detectados por los nuevos aparatos se deba a que no se presta suficiente atención a los primeros síntomas por falta de financiación para la atención primaria. Y en este sentido no es tonto defender una mayor financiación a favor de esa atención primaria. Financiación esta que podría venir de una menor inversión en problemas sanitarios más sofisticados.